Alrededor de 430.000 personas del rubro de eventos se vieron terriblemente afectadas en esta pandemia, según Patricia Samaniego, presidenta de la Asociación de Trabajadores de Eventos del Paraguay (Atep). Los miembros de la organización claman al Gobierno que los dejen trabajar sin las restricciones actuales, pues hoy están ahogados en deudas y ya no lo resisten.
Miembros de la Asociación de Eventos del Paraguay se manifestaron ayer, realizando una caravana pacífica sobre la calle Cacique Lambaré. El objetivo de la movilización fue solicitar al Gobierno una mesa de trabajo, donde se pueda buscar una solución conjunta que pueda beneficiar a alrededor de 430.000 personas del área, que se vieron terriblemente afectadas en esta pandemia.
Como distintivo de la movilización, sobre uno de los automóviles que participó en la caravana se alzaba una burrerita fabricada a partir de hierros y espuma, pues representar el trabajo de cada uno de los integrantes constituía uno de los objetivos de la caravana. Detrás de esa burrerita hay una historia: el testimonio de Olga Aranda, una trabajadora del rubro que lleva 40 años elaborando artículos de decoración, afiches y manualidades.

Al igual que otros integrantes de la movilización, desde que empezó la pandemia, Olga prácticamente no ha trabajado. “Hace un año y medio que no hemos podido hacer nada. Habré hecho tres trabajos en este tiempo. Es muy difícil, porque vivimos de esto; no somos empresas, somos independientes”, explicó Olga.
En esta misma línea, su homónima Olga Velázquez también se vio terriblemente afectada, pues utilizaba su local de eventos para organizar acontecimientos sociales. “Hace 20 años trabajo en este rubro. Antes realizaba celebraciones cada fin de semana y, ahora, nada. Las pérdidas son incontables. No podemos pagar ninguna deuda”, manifestó Olga.
Para la organizadora, la única forma de alivianar la crisis sería que el Gobierno amplíe a 100 el número de asistentes a los eventos, además de extender el horario de circulación hasta la medianoche. “Nosotros siempre cumplimos con todos los protocolos sanitarios. Es falso decir que en los eventos la gente se contagia, porque seguimos al pie de la letra las exigencias de prevención. En ninguna ocasión, tuvimos algún contagio”, relató Olga Valdez.
Al funcionario público dan bonificación y al privado, ni le dejan trabajar
Rafael Villalba se desempeña como mozo hace 35 años y también se unió a la movilización para pedir que ya no le cierren las puertas al sector de eventos. “Este trabajo lo abracé después de salir del cuartel, porque es muy decente. Ahora, llevo cuatro meses sin poder trabajar; no entiendo por qué nos cierran las puertas, si seguimos todos los protocolos”, refirió.
“No da gusto ver que funcionarios públicos estén recibiendo jugosos beneficios y nosotros que queremos ir a trabajar, no tenemos nada. Muchos compañeros han tenido que vender todas sus cosas”, expresó Rafael y aseguró que la única solución será que el Gobierno flexibilice el horario de los eventos y aumente el número de personas que puedan asistir a los mismos.
La ayuda viene de los compañeros de rubro, no del Gobierno
“La situación es pésima, ya que solo sale algún que otro trabajo”, manifestó Esmilce Delvalle, quien se desempeña como decoradora hace más de 5 años. Según la trabajadora, si el Gobierno amplía tanto el horario como la cantidad de personas para los eventos, podría mejorar considerablemente la situación. Además, añadió que fueron capacitados en cuanto a los protocolos sanitarios; por ende, en cada celebración siempre se toman todas las prevenciones necesarias.
“Hay colegas que están luchando día a día, porque no les alcanza. Solemos hacer actividades y nos ayudamos entre todos. La ayuda viene de compañeros del rubro, no del Gobierno”, afirmó Esmilce.
Las movilizaciones de los miembros del rubro continuarán, hasta que el pedido de instalar una mesa de trabajo sea cumplido por el Gobierno, según anunciaron.